Quizás una prueba salió positiva, pero los resultados no lo eran. La dificultad se ha convertido en su realidad. Si hay una persona en las Escrituras que nos puede enseñar acerca del tema incierto del dolor, es el apóstol Pablo.
Cualquier estudio formal acerca de la vida de Pablo requiere enfocarse en el tema del dolor y el sufrimiento. No se le considera un tema agradable, ciertamente no en este mundo occidental nuestro, pero es importante. Yo fui criado escuchando las frases, «El dolor y el sufrimiento vienen del diablo. El Señor siempre da sanidad y felicidad.» Eso suena muy bien.. Solo hay un problema: no es bíblico. ¡No es cierto! El diablo no es siempre el responsable del dolor y el sufrimiento. Frecuentemente viene directamente de la mano de nuestro Padre, que sabe lo que es mejor para nosotros tomando en cuenta lo que Él está haciendo dentro de nosotros.
Nuestra teología tiende a volverse un poco confusa cuando se trata del dolor. Después de un viaje extenso a los Estados Unidos, al muy conocido pastor y teólogo Helmut Thielicke le preguntaron lo que él veía como el mayor defecto entre los cristianos estadounidenses. Su respuesta fue perspicaz y en el blanco: «Ellos tienen una visión inadecuada del sufrimiento.»
Yo me doy cuenta que algunos de ustedes han sufrido penas que yo nunca he conocido y dolores que yo nunca he experimentado. Usted vive con presiones que yo no pudiera ni siquiera imaginar. Quizás usted puede identificarse con Pablo, que dijo:
Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca. (2 Corintios 12:7) La palabra traducida «espina» en ese versículo es la palabra griega skolops. Significa, literalmente, una lanza utilizada para atravesar un cuerpo o una estaca con una punta afilada., como usted la utilizaría para clavarla en la tierra. Así que Pablo está diciendo, «Me fue dada una estaca en la carne.»
Ahora, ¿qué era esta estaca, esta espina? Algunos dicen que eran tentaciones espirituales o carnales. Otros, que era oposición o persecución. Una deformidad física. Epilepsia. Migraña. Un problema serio en los ojos. Una espalda jorobada. Ataques repetidos de fiebre de malaria virulenta con sus acompañantes intensos dolores de cabeza, casi al punto de no poderlos resistir. Las conjeturas son numerosas, pero realmente, no sabemos.
Pero sí sabemos que después de la gloria vino el gemido. Las exaltadas revelaciones sobrenaturales que Pablo describió en 2 Corintios 12:1-6 fueron seguidas por el sufrimiento humillante y angustioso en el versículo 7. Inmediatamente después del privilegio vino el dolor intenso. Imagínese eso. Quizás no sabemos el origen de la angustia de Pablo, pero sí sabemos su propósito, «para que [él] no se enaltezca».
¿Cuál es el propósito de su dolor? Yo quisiera poder contestar esa pregunta. Para Pablo era mantener el orgullo controlado y mantener a Cristo exaltado. Para usted pudiera ser su mayor oportunidad para el ministerio. Al comienzo de 2 Corintios, Pablo dice:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. (2 Corintios 1:3-4)
¿Sabe usted lo que eso significa? Dios puede utilizar aun las peores circunstancias en su vida para bien. El dolor que usted ha soportado le prepara para consolar a otros con el mismo consuelo que Dios le consoló a usted. El divorcio a través del cual usted sufrió le prepara para ministrar a un amigo cuyo cónyuge acaba de irse de la casa. Usted recuerda cuando su médico le dijo que era cáncer, y usted puede consolar a su hermano o hermana que acaba de recibir resultados preocupantes. Una mujer de su iglesia le llama para conversar. Ella acaba de perder a su hijo, y ella sabe que usted comprenderá; usted ya ha pasado por eso. A través de su sufrimiento, el Dios que le consoló a usted le utiliza en la vida de otra persona.
Yo no sé si usted ha salido mucho en un velero, pero si alguna vez ha estado en alta mar, usted puede haber experimentado un fuerte viento en una pequeña barca. En esos tiempos, cuando las olas son altas y el oleaje es profundo, usted se afierra mucho más fuertemente para no ser arrastrado por encima de la borda. Usted aprende a aferrarse fuertemente cuando hay tormenta. Cuando Satanás atravesó a Pablo con una espina, Pablo aprendió a aferrarse. Cuando los oleajes de la vida rompen sobre nosotros, también aprendemos a aferrarnos.
Un antiguo santo de Dios una vez oró, «Señor, ¿cuándo cesarás de sembrar mi camino con pruebas y espinas?» El Señor respondió, «Mi hijo, así es como yo pruebo a mis amigos.» A lo cual el antiguo santo respondió, «Señor, quizás es por eso que tienes tan pocos.»
Quiere decir usted, ¿la meta de Dios no es hacerme feliz? pudiera usted estar preguntándose. Yo le reto a encontrar eso en la Biblia. Si usted puede, yo cambiaré mi declaración. La verdad es que no es acerca de su comodidad y felicidad. Es acerca de su crecimiento como un hombre o una mujer de Dios. Permítame ser claro acerca de esto, ya que no está siendo dicho hoy en día en la mayoría de los lugares que se llaman iglesias. ¡Esto no es acerca de usted! Es acerca de Dios. La vida es acerca de Dios.