Visión Para Vivir

Judas 1-4 Excepto por su sonada y magnifica doxología, la «postal» de Judas es una pequeña pieza conocida de la literatura del Nuevo Testamento. La mayoría de los lectores pocos que intentan leer y entender esta carta, a menudo se sienten desconcertados y confundidos por su lenguaje e imágenes mentales que resultan extraños para nuestros oídos; pero quienes la leyeron por primera vez, quedaron tan impactados como si hubieran recibido un fuerte martillazo en sus corazones. La carta de Judas condenó las acciones de quienes se opusieron a la fe y advirtió a los creyentes fieles a permanecer firmes y fuertes en medio del caos moral y espiritual que vivían. Cuando se interpreta y aplica correctamente, esta postal todavía sigue impactando en la actualidad como lo hizo cuando fue leída por primera vez. Esta carta de un solo capítulo es la exposición y denuncia más dramática de la herejía en toda la Biblia. Es como un toque de trompeta que hace un llamado a todos los cristianos a prepararse para la batalla—para equipar sus mentes y corazones con un conocimiento profundo y un compromiso firme para defender la verdad de Dios.

Judas 1-4 Excepto por su sonada y magnifica doxología, la «postal» de Judas es una pequeña pieza conocida de la literatura del Nuevo Testamento. La mayoría de los lectores pocos que intentan leer y entender esta carta, a menudo se sienten desconcertados y confundidos por su lenguaje e imágenes mentales que resultan extraños para nuestros oídos; pero quienes la leyeron por primera vez, quedaron tan impactados como si hubieran recibido un fuerte martillazo en sus corazones. La carta de Judas condenó las acciones de quienes se opusieron a la fe y advirtió a los creyentes fieles a permanecer firmes y fuertes en medio del caos moral y espiritual que vivían. Cuando se interpreta y aplica correctamente, esta postal todavía sigue impactando en la actualidad como lo hizo cuando fue leída por primera vez. Esta carta de un solo capítulo es la exposición y denuncia más dramática de la herejía en toda la Biblia. Es como un toque de trompeta que hace un llamado a todos los cristianos a prepararse para la batalla—para equipar sus mentes y corazones con un conocimiento profundo y un compromiso firme para defender la verdad de Dios.

Judas 1-4 Excepto por su sonada y magnifica doxología, la «postal» de Judas es una pequeña pieza conocida de la literatura del Nuevo Testamento. La mayoría de los lectores pocos que intentan leer y entender esta carta, a menudo se sienten desconcertados y confundidos por su lenguaje e imágenes mentales que resultan extraños para nuestros oídos; pero quienes la leyeron por primera vez, quedaron tan impactados como si hubieran recibido un fuerte martillazo en sus corazones. La carta de Judas condenó las acciones de quienes se opusieron a la fe y advirtió a los creyentes fieles a permanecer firmes y fuertes en medio del caos moral y espiritual que vivían. Cuando se interpreta y aplica correctamente, esta postal todavía sigue impactando en la actualidad como lo hizo cuando fue leída por primera vez. Esta carta de un solo capítulo es la exposición y denuncia más dramática de la herejía en toda la Biblia. Es como un toque de trompeta que hace un llamado a todos los cristianos a prepararse para la batalla—para equipar sus mentes y corazones con un conocimiento profundo y un compromiso firme para defender la verdad de Dios.

3 Juan 1:1-15 Hay quienes dicen, «Si tan solo viviéramos en los tiempos de la iglesia primitiva, todo sería más sencillo y auténtico en nuestra iglesia». Pero este es un pensamiento idealista, porque cuando leemos con atención las páginas del Nuevo Testamento, encontramos a una iglesia de Corinto siendo bombardeada por conflictos, las iglesias de Colosas y Galacia batallando contra el error doctrinal, la iglesia de Laodicea tibia en su afecto por Cristo, la iglesia de Jerusalén luchando con limitaciones financieras y la iglesia de Tesalónica tan indiferente al Evangelio. Sin duda, las cosas en las iglesias del primer siglo no eran tan distintas a las que vivimos hoy. Y para muestra un botón: la tercera carta de Juan es un reflejo de la situación actual que se vive en las iglesias de nuestro tiempo.

3 Juan 1:1-15 Hay quienes dicen, «Si tan solo viviéramos en los tiempos de la iglesia primitiva, todo sería más sencillo y auténtico en nuestra iglesia». Pero este es un pensamiento idealista, porque cuando leemos con atención las páginas del Nuevo Testamento, encontramos a una iglesia de Corinto siendo bombardeada por conflictos, las iglesias de Colosas y Galacia batallando contra el error doctrinal, la iglesia de Laodicea tibia en su afecto por Cristo, la iglesia de Jerusalén luchando con limitaciones financieras y la iglesia de Tesalónica tan indiferente al Evangelio. Sin duda, las cosas en las iglesias del primer siglo no eran tan distintas a las que vivimos hoy. Y para muestra un botón: la tercera carta de Juan es un reflejo de la situación actual que se vive en las iglesias de nuestro tiempo.

Mateo 27:57-66  Nuestra cultura recuerda la muerte de Cristo durante la Semana Santa pero muy a menudo, nos olvidamos de que Él ya no está muerto sino ¡VIVO! Pero hay dos voces internas que son virtualmente imposibles de acallar y no permiten que disfrutemos por completo de la nueva vida que tenemos en Cristo: son las voces de la culpabilidad y la vergüenza; nos siguen dondequiera que vamos. Juegan con nuestra mente y nuestras emociones y se esfuerzan en llevarnos al punto de la desesperación. Se podría decir que sólo un «milagro» podría soltarnos de sus garras. Y es verdad, se necesita un milagro de amor y gracia como el que Cristo comenzó en la cruz y completó en Su resurrección.

Mateo 27:57-66  Nuestra cultura recuerda la muerte de Cristo durante la Semana Santa pero muy a menudo, nos olvidamos de que Él ya no está muerto sino ¡VIVO! Pero hay dos voces internas que son virtualmente imposibles de acallar y no permiten que disfrutemos por completo de la nueva vida que tenemos en Cristo: son las voces de la culpabilidad y la vergüenza; nos siguen dondequiera que vamos. Juegan con nuestra mente y nuestras emociones y se esfuerzan en llevarnos al punto de la desesperación. Se podría decir que sólo un «milagro» podría soltarnos de sus garras. Y es verdad, se necesita un milagro de amor y gracia como el que Cristo comenzó en la cruz y completó en Su resurrección.

Mateo 27:57-66  Nuestra cultura recuerda la muerte de Cristo durante la Semana Santa pero muy a menudo, nos olvidamos de que Él ya no está muerto sino ¡VIVO! Pero hay dos voces internas que son virtualmente imposibles de acallar y no permiten que disfrutemos por completo de la nueva vida que tenemos en Cristo: son las voces de la culpabilidad y la vergüenza; nos siguen dondequiera que vamos. Juegan con nuestra mente y nuestras emociones y se esfuerzan en llevarnos al punto de la desesperación. Se podría decir que sólo un «milagro» podría soltarnos de sus garras. Y es verdad, se necesita un milagro de amor y gracia como el que Cristo comenzó en la cruz y completó en Su resurrección.

Mateo 27:57-66 En el deseo de enfatizar la cruz (muerte de Cristo) y la tumba (resurrección de Cristo), raramente prestamos atención a lo que sucedió entre estos dos grandes acontecimientos históricos. Mientras que los eventos intermedios ciertamente no fueron tan significativos, fueron, sin embargo, las conexiones históricas en la serie de acontecimientos que conectaron la muerte de Jesús con Su triunfante resurrección de la tumba. En este día, consideraremos lo que sucedió realmente de acuerdo al registro bíblico, y al hacerlo, nos daremos cuenta del significado de cada acontecimiento a la luz de Pascua.

Mateo 27:57-66 En el deseo de enfatizar la cruz (muerte de Cristo) y la tumba (resurrección de Cristo), raramente prestamos atención a lo que sucedió entre estos dos grandes acontecimientos históricos. Mientras que los eventos intermedios ciertamente no fueron tan significativos, fueron, sin embargo, las conexiones históricas en la serie de acontecimientos que conectaron la muerte de Jesús con Su triunfante resurrección de la tumba. En este día, consideraremos lo que sucedió realmente de acuerdo al registro bíblico, y al hacerlo, nos daremos cuenta del significado de cada acontecimiento a la luz de Pascua.