Visión Para Vivir

Mateo 5:17-26 Las enseñanzas de Cristo continúan llamando la atención de todos los que las estudian. Aunque han pasado siglos desde que Él habló, Sus palabras permanecen tan penetrantes y profundas como cuando cayeron por primera vez en los oídos de Su audiencia. Debido a que Él habló con una autoridad ungida y no como otros en Su tiempo, las personas se asombraban y últimamente llegaban a ser individuos cambiados. Ninguna de Sus declaraciones fue más profunda que Su Sermón del Monte. Con un análisis profundo y una sabiduría intuitiva, Él desenterró la hipocresía externa de la religión y habló de los asuntos que realmente importan. En esta sección en particular, Él habla del cristiano y la Ley Mosaica. En el centro de Su instrucción está la rectitud — teniendo una base para pararse ante un Dios santo.

Mateo 5:13-16                                                 La influencia…¡qué tema tan oportuno! El diccionario la define de esta manera: “El acto o poder de producir un efecto sin un esfuerzo aparente de fuerza, u orden directa.” En numerosas maneras intangibles, influenciamos las opiniones de otras personas y modificamos sus vidas; llamado comúnmente “impresionar” a los demás. Los padres impresionan a sus hijos. Los maestros impresionan a sus estudiantes. Los líderes impresionan organizaciones, equipos y aún naciones. Los medios de comunicación impresionan nuestros pensamientos. Pero mucho de lo que vemos hoy en día tiene como resultado un efecto negativo o temporal. Las personas hambrientas de poder abusan su autoridad. Algunos dependen de su dinero o prestigio para salirse con la suya. A nosotros, como cristianos, nos interesa hacer un impacto duradero para bien — influenciando a los demás “sin un esfuerzo aparente de fuerza, o una orden directa.” La pregunta crucial es, ¿cómo? La respuesta de Jesús sigue siendo la mejor. Aunque Sus palabras son familiares, haríamos bien en aplicarlas con una diligencia más grande y una fe más segura. ¡Dan buen resultado!

Mateo 5:13-16                                                 La influencia…¡qué tema tan oportuno! El diccionario la define de esta manera: “El acto o poder de producir un efecto sin un esfuerzo aparente de fuerza, u orden directa.” En numerosas maneras intangibles, influenciamos las opiniones de otras personas y modificamos sus vidas; llamado comúnmente “impresionar” a los demás. Los padres impresionan a sus hijos. Los maestros impresionan a sus estudiantes. Los líderes impresionan organizaciones, equipos y aún naciones. Los medios de comunicación impresionan nuestros pensamientos. Pero mucho de lo que vemos hoy en día tiene como resultado un efecto negativo o temporal. Las personas hambrientas de poder abusan su autoridad. Algunos dependen de su dinero o prestigio para salirse con la suya. A nosotros, como cristianos, nos interesa hacer un impacto duradero para bien — influenciando a los demás “sin un esfuerzo aparente de fuerza, o una orden directa.” La pregunta crucial es, ¿cómo? La respuesta de Jesús sigue siendo la mejor. Aunque Sus palabras son familiares, haríamos bien en aplicarlas con una diligencia más grande y una fe más segura. ¡Dan buen resultado!

Mateo 5:1-12                                                                   De todos los sermones que se han predicado, éste sobresale como el pináculo de la perfección en cuanto a sermones, pues es igual a las grandes sonatas en que no hay una sola nota fuera de lugar. El sermón de Jesús ocupa solamente tres capítulos de la Biblia, y sin embargo ha inspirado incontables volúmenes de exégesis y exposición, y eso sin mencionar cuántas vidas han sido transformadas mediante sus enseñanzas. Cada faceta del sermón reluce como una joya exquisitamente tallada, en la que los destellos de verdad resplandecen con brillo casi cegador. Hoy queremos examinar con ojo de joyero una de las facetas del sermón: Las Bienaventuranzas. En ellas es posible observar las cualidades impecables de una fe sencilla.

Mateo 5:1-12                                                                    De todos los sermones que se han predicado, éste sobresale como el pináculo de la perfección en cuanto a sermones, pues es igual a las grandes sonatas en que no hay una sola nota fuera de lugar. El sermón de Jesús ocupa solamente tres capítulos de la Biblia, y sin embargo ha inspirado incontables volúmenes de exégesis y exposición, y eso sin mencionar cuántas vidas han sido transformadas mediante sus enseñanzas. Cada faceta del sermón reluce como una joya exquisitamente tallada, en la que los destellos de verdad resplandecen con brillo casi cegador. Hoy queremos examinar con ojo de joyero una de las facetas del sermón: Las Bienaventuranzas. En ellas es posible observar las cualidades impecables de una fe sencilla.

Mateo 5-7                                                                    Como El Fantasma de la Ópera, la hipocresía esconde su cara desfigurada debajo de una máscara, procurando ocultar su verdadera fealdad. Sin embargo, a pesar de lo horrenda que es, la hipocresía es adictiva: mientras más se usa la máscara, más nos acostumbramos a que sea nuestra apariencia. Ningún pecado es denunciado más fuertemente en todas las Escrituras que la hipocresía; Jesús mismo reservó Sus reprimendas más rigurosas para la hipocresía, y sin embargo ningún pecado se practica más universalmente.

Mateo 5-7                                                                    Como El Fantasma de la Ópera, la hipocresía esconde su cara desfigurada debajo de una máscara, procurando ocultar su verdadera fealdad. Sin embargo, a pesar de lo horrenda que es, la hipocresía es adictiva: mientras más se usa la máscara, más nos acostumbramos a que sea nuestra apariencia. Ningún pecado es denunciado más fuertemente en todas las Escrituras que la hipocresía; Jesús mismo reservó Sus reprimendas más rigurosas para la hipocresía, y sin embargo ningún pecado se practica más universalmente.

Judas 17-25   Por siglos, se ha desatado una feroz batalla contra la herejía con una monótona regularidad y una creciente intensidad. Cuando esta batalla comenzó, la iglesia todavía estaba en su infancia. Habiendo puesto al descubierto a los falsos profetas que torcían la enseñanza de la gracia y se resistían a la autoridad del Señor Jesucristo, Judas exhortó a sus lectores mantenerse enfocados, a ponerse las pilas, y permanecer firmes en la fe en contra toda oposición. Su mensaje sigue siendo el mismo hoy para todos nosotros que estamos a favor de defender la verdad inmutable de Dios en un mundo de ficción.

Judas 17-25    Por siglos, se ha desatado una feroz batalla contra la herejía con una monótona regularidad y una creciente intensidad. Cuando esta batalla comenzó, la iglesia todavía estaba en su infancia. Habiendo puesto al descubierto a los falsos profetas que torcían la enseñanza de la gracia y se resistían a la autoridad del Señor Jesucristo, Judas exhortó a sus lectores mantenerse enfocados, a ponerse las pilas, y permanecer firmes en la fe en contra toda oposición. Su mensaje sigue siendo el mismo hoy para todos nosotros que estamos a favor de defender la verdad inmutable de Dios en un mundo de ficción.

Judas 5-16      Cuando un hombre llamado Judas, en el Siglo I, se sentó un día para escribir algunos pensamientos acerca de la vida cristiana, de repente cambió de parecer. En lugar de presentar una tranquila y calculada explicación del andar con Cristo, descargó una feroz denuncia contra la apostasía, exhortando a sus lectores a “contender ardientemente por la fe” (Judas 3). Debido a que Dios guió a Judas a cambiar su mensaje, hoy tenemos esta postal de útiles directrices sobre cómo mantenerse firme contra las tendencias tentadoras de nuestro tiempo. A diferencia de muchos que hoy día toleran la herejía con el fin de preservar la paz, Judas demostró claramente que la batalla por la verdad exige nuestro esfuerzo y que bien vale la pena defenderla a capa y espada.