

La Intimidad: Profundizando Nuestras Vidas
En lo ocupado de la vida, aun la vida cristiana, el celo de nuestro «primer amor» a menudo se enfría. Para revertir esta tendencia, los creyentes debemos aprender a cultivar una intimidad con el Todopoderoso. Sin embargo, como suele ocurrir en un matrimonio o en una relación cercana, la intimidad con Dios no se da en forma automática. Ésta requiere disciplina . . . una disciplina espiritual. Nuestra meta al disciplinar nuestras vidas es conocer a Dios más íntimamente, volver a encender la llama de nuestra pasión por Él, y llegar a ser más como Cristo.
Featured Resources From Visión Para Vivir

¿Qué tan diferente cree usted que somos los cristianos de los no cristianos? Es decir, dejando a un lado nuestra fe en Cristo, ¿cuán diferente somos? Si somos honestos, no diferimos en mucho. Por ejemplo, ¿tiene usted pagos de hipoteca y de automóvil? Ellos también. ¿Batalla usted con emociones que a veces se salen de control? Ellos también. ¿Tiene usted comidas que preparar? Ellos también. ¿Lo ve? En éstas y otras tantas cosas no somos diferentes a los no creyentes que nos rodean. La única excepción es que los no cristianos no saben realmente quién es Jesús. Pero usted sí lo sabe y puede mostrarles y comunicarles cómo Cristo ha hecho una gran diferencia en su vida. ¿Qué tan preparado se siente para comunicarles el mensaje que ha transformado su vida? ¿Qué le detiene a hacerlo?

