

La Gloria de Dios, Parte 2
Si la raza humana entera quedara ciega de repente, el sol seguiría brillando de día y la luna de noche. Si de repente todos nosotros nos quedáramos sordos, los pájaros seguirían cantando y los arroyos balbuceando. Y si de repente nos contagiáramos con la «enfermedad» del ateísmo, Dios seguiría existiendo en Su gloria resplandeciente. El creer o no en Dios no le añade nada a ni le quita algo de Su gloria, de la misma manera que nuestros sentidos visuales o auditivos controlan al sol y a los pájaros. Y aún si de repente se apoderara de nosotros la desobediencia y la arrogancia de robarle la gloria de Dios, con todo, Él no sería disminuido en lo más mínimo. La GLORIA de Dios es Suya y únicamente Suya, y no la comparte con nadie más.
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«¡No se preocupen!» En Superar la ansiedad, Charles R. Swindoll responde a esta pregunta y analiza honestamente qué es la ansiedad y qué nos hace. Con una aplicación bíblica perspicaz y práctica, el pastor Swindoll nos lleva de regreso a Dios —el único que puede romper la asfixia de la ansiedad y permitir que la alegría y la paz respiren en nuestras vidas una vez más.

