

Cuando Dios Tiene la Última Palabra
La impaciencia es una plaga universal. Nosotros luchamos con ella cada vez que enfrentamos circunstancias irritantes, gente difícil o nuestro propio lento crecimiento hacia la madurez. El tiempo de Dios parece incorrecto para quienes somos impacientes. ¿Por qué se tarda tanto en actuar? ¿Dónde está cuando más le necesito? Su juicio, aunque riguroso, no parece ser tan rápido como nosotros quisiéramos. A veces incluso nos parece que o no le importa, o es impotente para hacer algo en una situación dada. Teóricamente sabemos que esto no es verdad, pero prácticamente, la evidencia parece sobrecogedora a favor a nuestra falaz presuposición. Tenemos pasajes, como los que estudiaremos a continuación, que permiten que corrijamos esta forma de pensar. Sin mucho preámbulo, estos seis versículos subrayan el hecho de que Dios ciertamente tiene la última palabra. Las cosas no andan sueltas. El mal no es ignorado. Se tratará con el pecado. Y al final, el bien triunfará. Dios está en control, a pesar de nuestra impaciencia. Él tiene la última palabra.
Featured Resources From Visión Para Vivir

Todos tenemos cosas de las que nos lamentamos. Cuando echamos una mirada a nuestro pasado, a menudo vemos restos de pecado y relaciones rotas. Desafortunadamente, nuestra tendencia como criaturas imperfectas es intentar darnos la vuelta e ignorar la culpa y la humillación sin enfrentarnos a los efectos que tienen. Pero Dios no deja que nos salgamos con la nuestra. Si no tratamos con nuestro pecado de la manera correcta, ese pecado seguirá teniendo consecuencias negativas en nuestras vidas. En este librito, el pastor Charles R. Swindoll explora un pasaje del libro de Joel para enseñarnos a cerrar este capítulo de cosas de las que nos lamentamos. Una vez que hemos tratado con nuestros pecados y errores del pasado de manera responsable, podremos pasar página y avanzar con seguridad en nosotros mismos.

