Visión Para Vivir

Los divorcios ocurren. . .todo el tiempo. Los peligros aparecen. Las relaciones se rompen. El compromiso se debilita. Los predadores atacan. Y no es sorpresa que el vínculo del amor y la permanencia se rompa. Obviamente, cualquier persona que vea el matrimonio como un éxtasis infinito de dicha romántica, como el cielo en la tierra, está viviendo en un mundo de sueños. Usted sabe bien que el matrimonio es la responsabilidad más desafiante en toda la vida. El mantener su matrimonio fuerte, puro, satisfactorio y enriquecido no es fácil ni simple. Alguien ha dicho, “Los años más difíciles del matrimonio son los que vienen después de la boda.” Así que en vez de preguntar, “¿cuáles son las bases para el divorcio?”, yo le sugiero que demos nuestra atención a la perspectiva de Dios sobre este tema difícil de casarse de nuevo. Así que le tengo una mejor pregunta, “¿cuándo es el casarse de nuevo aceptable en los ojos de Dios?”.

En los Estados Unidos únicamente, la mitad de las personas se divorciarán en la primera década de su matrimonio. Tristemente, el índice de divorcio es aún más alto para los que se casan por segunda o tercera vez. Para muchos, el compromiso de amarse, honrarse y ayudarse mutuamente “hasta que la muerte nos separe” se ha desvanecido con el tiempo. Sin duda, vemos un sin número de matrimonios desmoronarse porque uno o ambos cónyuges decidieron permanecer juntos “mientras que sientan amor” el uno por el otro. Hoy día, ningún hogar se escapa de ser impactado por el dolor que provoca el divorcio, incluyendo hogares cristianos. Sea que su vida haya sido tocada por el divorcio en forma directa o indirecta (o todavía no suceda), es importante reflexionar en la razón por la que Dios creó el matrimonio y cómo Él puede fortalecerle para amar a su cónyuge “hasta que la muerte los separe” y no únicamente “mientras sientan amor”.

En los Estados Unidos únicamente, la mitad de las personas se divorciarán en la primera década de su matrimonio. Tristemente, el índice de divorcio es aún más alto para los que se casan por segunda o tercera vez. Para muchos, el compromiso de amarse, honrarse y ayudarse mutuamente “hasta que la muerte nos separe” se ha desvanecido con el tiempo. Sin duda, vemos un sin número de matrimonios desmoronarse porque uno o ambos cónyuges decidieron permanecer juntos “mientras que sientan amor” el uno por el otro. Hoy día, ningún hogar se escapa de ser impactado por el dolor que provoca el divorcio, incluyendo hogares cristianos. Sea que su vida haya sido tocada por el divorcio en forma directa o indirecta (o todavía no suceda), es importante reflexionar en la razón por la que Dios creó el matrimonio y cómo Él puede fortalecerle para amar a su cónyuge “hasta que la muerte los separe” y no únicamente “mientras sientan amor”.

En los Estados Unidos únicamente, la mitad de las personas se divorciarán en la primera década de su matrimonio. Tristemente, el índice de divorcio es aún más alto para los que se casan por segunda o tercera vez. Para muchos, el compromiso de amarse, honrarse y ayudarse mutuamente “hasta que la muerte nos separe” se ha desvanecido con el tiempo. Sin duda, vemos un sin número de matrimonios desmoronarse porque uno o ambos cónyuges decidieron permanecer juntos “mientras que sientan amor” el uno por el otro. Hoy día, ningún hogar se escapa de ser impactado por el dolor que provoca el divorcio, incluyendo hogares cristianos. Sea que su vida haya sido tocada por el divorcio en forma directa o indirecta (o todavía no suceda), es importante reflexionar en la razón por la que Dios creó el matrimonio y cómo Él puede fortalecerle para amar a su cónyuge “hasta que la muerte los separe” y no únicamente “mientras sientan amor”.

Juan 20:24-29 El orgullo precede una caída, y la vergüenza le sigue. Un fuerte pesar y la censura pública mezclados con humillación y pena componen una de las más devastadoras de todas las emociones humanas: la vergüenza. ¿Quién no ha sentido el doloroso aguijonazo de la vergüenza? La agonía que se siente no puede expresarse adecuadamente con palabras. En este estudio, seremos testigos de la forma en que nuestro Señor Jesucristo manejó una situación revestida de vergüenza. En esta historia, Jesús nos deja un modelo a seguir cada vez que enfrentemos los tiempos difíciles de la vergüenza.

Juan 20:24-29 El orgullo precede una caída, y la vergüenza le sigue. Un fuerte pesar y la censura pública mezclados con humillación y pena componen una de las más devastadoras de todas las emociones humanas: la vergüenza. ¿Quién no ha sentido el doloroso aguijonazo de la vergüenza? La agonía que se siente no puede expresarse adecuadamente con palabras. En este estudio, seremos testigos de la forma en que nuestro Señor Jesucristo manejó una situación revestida de vergüenza. En esta historia, Jesús nos deja un modelo a seguir cada vez que enfrentemos los tiempos difíciles de la vergüenza.

Juan 8:1-11  El orgullo precede una caída, y la vergüenza le sigue. Un fuerte pesar y la censura pública mezclados con humillación y pena componen una de las más devastadoras de todas las emociones humanas: la vergüenza. ¿Quién no ha sentido el doloroso aguijonazo de la vergüenza? La agonía que se siente no puede expresarse adecuadamente con palabras. En este estudio, seremos testigos de la forma en que nuestro Señor Jesucristo manejó una situación revestida de vergüenza. En esta historia, Jesús nos deja un modelo a seguir cada vez que enfrentemos los tiempos difíciles de la vergüenza.

Juan 8:1-11  El orgullo precede una caída, y la vergüenza le sigue. Un fuerte pesar y la censura pública mezclados con humillación y pena componen una de las más devastadoras de todas las emociones humanas: la vergüenza. ¿Quién no ha sentido el doloroso aguijonazo de la vergüenza? La agonía que se siente no puede expresarse adecuadamente con palabras. En este estudio, seremos testigos de la forma en que nuestro Señor Jesucristo manejó una situación revestida de vergüenza. En esta historia, Jesús nos deja un modelo a seguir cada vez que enfrentemos los tiempos difíciles de la vergüenza.

Lucas 10:38-42 ¿Qué es lo que le quita el sueño por las noches o le hace comerse las uñas últimamente? Quien sea que haya denominado a nuestra época la “era de la aspirina” no se equivocó en lo más mínimo. Es correcto que nunca antes ha habido una sociedad con más estrés y ansiedad que la nuestra. Para muchos, aquel estilo de vida en el campo, donde las cosas eran más tranquilas, ha sido reemplazada por una familia ansiosa que va en seis direcciones diferentes, que vive de cenas instantáneas, peleas a gritos, reacciones con muchas tensiones, poco dormir y demasiada televisión. Sume a los reveses financieros, la pérdida del empleo (o el exceso de trabajo), los fracasos académicos, las cartas sin respuesta, la obesidad, la soledad, el sonar del teléfono, el temor al cáncer, los malentendidos, el materialismo, el alcoholismo, el uso de drogas y calmantes, y la muerte abrupta de alguien; y después reste el apoyo de la unidad familiar dividida por docenas de opiniones, multiplicadas por 365 días del año y tendrá la receta para la locura. La ansiedad se ha convertido en un estilo de vida; es la regla en lugar de la excepción.

Lucas 10:38-42 ¿Qué es lo que le quita el sueño por las noches o le hace comerse las uñas últimamente? Quien sea que haya denominado a nuestra época la “era de la aspirina” no se equivocó en lo más mínimo. Es correcto que nunca antes ha habido una sociedad con más estrés y ansiedad que la nuestra. Para muchos, aquel estilo de vida en el campo, donde las cosas eran más tranquilas, ha sido reemplazada por una familia ansiosa que va en seis direcciones diferentes, que vive de cenas instantáneas, peleas a gritos, reacciones con muchas tensiones, poco dormir y demasiada televisión. Sume a los reveses financieros, la pérdida del empleo (o el exceso de trabajo), los fracasos académicos, las cartas sin respuesta, la obesidad, la soledad, el sonar del teléfono, el temor al cáncer, los malentendidos, el materialismo, el alcoholismo, el uso de drogas y calmantes, y la muerte abrupta de alguien; y después reste el apoyo de la unidad familiar dividida por docenas de opiniones, multiplicadas por 365 días del año y tendrá la receta para la locura. La ansiedad se ha convertido en un estilo de vida; es la regla en lugar de la excepción.