Septiembre 6, 2025
PONGA ESTO EN ORACIÓN:
«Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?» (Mateo 6:26-27).
PIENSE EN ESTO:
Cuando era joven, alguien me dijo algo que jamás he olvidado: «Adrián, hay dos categorías de cosas por las que nunca deberías preocuparte. Primero: las cosas sobre las cuales puedes hacer algo. Si puedes hacer algo al respecto, no te preocupes, solo hazlo. La segunda categoría de cosas por las que nunca deberías preocuparte son aquellas sobre las cuales no puedes hacer nada. Si no puedes hacer nada, preocuparte no cambiará nada». Puede parecer algo simplista, pero hay mucha sabiduría en eso. En el mejor de los casos, la preocupación es inútil; y en el peor, es absolutamente dañina.
La preocupación le hace daño a nuestro cuerpo, afecta nuestra salud del mismo modo que la arena daña la maquinaria. Alguien dijo que unas pequeñas hormigas pueden limpiar el cadáver de un animal mejor que los cuervos. Son esas pequeñas cosas persistentes las que finalmente nos derriban. La preocupación no solo es perjudicial para usted, también lo es para los demás. ¿Le agrada estar cerca de personas que siempre están preocupadas? Conozco a individuos que, cuando entran a una habitación, parece que alguien apagara la luz; y cuando se van, la habitación se ilumina de nuevo. La preocupación es perjudicial tanto para usted como para los que le rodean.
¿Por qué cosas tiende a preocuparse más?
¿Cómo ha visto el daño que causa la preocupación en su vida?
PUNTO DE ACCIÓN:
Converse con un amigo de confianza sobre las cosas que más le preocupan.
© Profundice al ver: CÓMO GANAR LA GUERRA CONTRA LA PREOCUPACIÓN - Mt. 6:25-34 (Q1701) https://youtu.be/dOlk3WK6_pU
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