
4 DE JULIO
ESCRITURA:
Juan 10:18: «Nadie me la quita, sino que Yo de Mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre».
TESORO BÍBLICO:
La verdad profunda del amor del Salvador es comprensible cuando consideramos una verdad importante: Jesucristo es la única persona que ha escogido morir. «Pero, ¿qué de los kamikazes, los pilotos japoneses suicidas en la segunda guerra mundial? ¿Qué de los soldados quienes, habiendo pisado y detonado una mina, permanecieron inmovibles hasta que sus compañeros se alejaran lo suficiente para que estuviesen a salvo?». Ellos no escogieron morir, sólo escogieron cuándo morir. Nosotros y todo aquel que aún esté por nacer, eventualmente moriremos. Sin embargo, únicamente hubo Uno que no tenía que morir. Los clavos no retuvieron a nuestro Salvador en esa cruz. Cuerdas plateadas de amor y ataduras doradas de redención fueron las que le mantuvieron allí.
PUNTO DE ACCIÓN:
Lea los Salmos 22, 23 y 24 y regocíjese en la provisión, protección y providencia del Buen Pastor.
Su folleto/obsequio https://www.lwf.org/pdfs/QK141_POR_QUE_LA_CRUZ_eaqv.org.pdf
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