
Julio 25, 2025
Enseñando la Palabra de Dios en la vida diaria
PONGA ESTO EN ORACIÓN:
«Y estas palabras que Yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes» (Deuteronomio 6:6-7).
PIENSE EN ESTO:
Yo creo en la adoración familiar, pero, a veces, puede volverse algo forzado. Es como tratar de obligar a los niños a tragar algo a la fuerza: «¡Ustedes se sientan quietos mientras yo les enseño!». O se convierte en algo así como «una dosis diaria para mantener al diablo alejado». Sin embargo, según el pasaje de hoy, esa no es realmente la manera en que Dios quiere que se enseñe la Biblia.
Claro que hay un momento y lugar en que la familia puede reunirse y compartir. Pero todo comienza cuando usted empieza a hablar de la Palabra al levantarse, al acostarse, mientras camina, al salir y al volver. Cuando habla de las cosas de Dios de manera normal, natural y constante cada día, entonces está enseñando de verdad.
Primero hay que vivirla: debe estar en su corazón. Luego, hay que verbalizarla.
- ¿A cuál forma de enseñanza está usted más acostumbrado: a imponer o a enseñar de forma natural?
- ¿Por qué es importante enseñar de forma constante con nuestra vida y no solo con nuestras palabras?
PUNTO DE ACCIÓN:
Piense en una manera en la que puede enseñar con su vida y no solo con sus palabras. Póngala en práctica hoy mismo.
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