Visión Para Vivir

2 Reyes 1 Hay gente que nunca aprende, ¿no es cierto? Los periódicos cuentan historia tras historia de personas que mueren arrolladas al querer ganarle al tren en la intersección. . . y lo peor de todo es que todavía hay quienes lo siguen intentando. Cada año estadísticas en los Estados Unidos muestran que más de 400 mil fumadores sufren muertes horribles debido a ese mal hábito. Sin embargo, la gente no deja de fumar. Cientos de miles de niños sufren la muerte de sus padres, padres que han abusado del alcohol y de las drogas por años, y tristemente, muchos de estos niños se vuelven adictos también. Hoy conoceremos el caso de otro hombre que al parecer, tampoco aprendió la lección, a pesar de que había visto la obra del único y verdadero Dios directamente en su familia. Aunque hubo un cambio de rey, Ocozías no se apartó del perverso sistema religioso de sus padres. Después del ejemplo de Acab, su hijo debió haber sabido lo que leemos en Hebreos 10:31: «terrible cosa es caer en las manos de un Dios vivo». Pero hay personas que simplemente nunca aprenden.

1 Reyes 21 Vemos tiranía, asesinatos, violencia, terrorismo, secuestros y extorsión por todos lados. Hombres y mujeres terribles que hacen alarde de la impunidad y se burlan de las autoridades. Al leer los periódicos o ver las noticias, no podemos dar crédito al avance inexorable de la depravación y la maldad en nuestra cultura, dentro de nuestro gobierno y a través de los sistemas educativos. Algunas veces nos preguntamos si Dios está haciéndose cargo del mundo o no. . . y si lo está, ¿Por qué pareciera que no hace nada? Pero hay momentos cuando Dios dice, «¡Ya basta!» Él es un Dios lleno de gracia, increíblemente paciente, y no quiere que nadie se pierda. Pero si un hombre o una mujer continúan abusando de Su gracia y paciencia, si él o ella no hacen caso, no dejan de hacer lo que están haciendo, si no se vuelven de sus malos caminos, solo les queda la muerte, y después de la muerte el juicio. 1 Pedro 4:5 dice: «Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos».

1 Reyes 21 Vemos tiranía, asesinatos, violencia, terrorismo, secuestros y extorsión por todos lados. Hombres y mujeres terribles que hacen alarde de la impunidad y se burlan de las autoridades. Al leer los periódicos o ver las noticias, no podemos dar crédito al avance inexorable de la depravación y la maldad en nuestra cultura, dentro de nuestro gobierno y a través de los sistemas educativos. Algunas veces nos preguntamos si Dios está haciéndose cargo del mundo o no. . . y si lo está, ¿Por qué pareciera que no hace nada? Pero hay momentos cuando Dios dice, «¡Ya basta!» Él es un Dios lleno de gracia, increíblemente paciente, y no quiere que nadie se pierda. Pero si un hombre o una mujer continúan abusando de Su gracia y paciencia, si él o ella no hacen caso, no dejan de hacer lo que están haciendo, si no se vuelven de sus malos caminos, solo les queda la muerte, y después de la muerte el juicio. 1 Pedro 4:5 dice: «Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos».

1 Reyes 19 Me alegra que este capítulo haya sido incluido en la Biblia. Me complace ver que cuando Dios pinta los retratos de sus hombres y mujeres, los pinta con todo y sus defectos. Él no ignora sus debilidades, ni disimula sus flaquezas. En esta parte de la historia de Elías, lo vemos sintiendo mucho miedo. Dejando a su sirviente, el profeta se retira a refugiarse en la sombra de un enebro. Pero ¿por qué temía Elías a las intimidantes amenazas de Jezabel? ¿Por qué hizo a un lado su antigua prioridad de servir a Dios para huir y esconderse atemorizado bajo la sombra de un solitario arbusto, en lo más profundo del desierto? En este estudio veremos las posibles razones que nos ayudan a explicar el por qué de su comportamiento, al igual que encontraremos el remedio efectivo contra el desánimo.

1 Reyes 19 Me alegra que este capítulo haya sido incluido en la Biblia. Me complace ver que cuando Dios pinta los retratos de sus hombres y mujeres, los pinta con todo y sus defectos. Él no ignora sus debilidades, ni disimula sus flaquezas. En esta parte de la historia de Elías, lo vemos sintiendo mucho miedo. Dejando a su sirviente, el profeta se retira a refugiarse en la sombra de un enebro. Pero ¿por qué temía Elías a las intimidantes amenazas de Jezabel? ¿Por qué hizo a un lado su antigua prioridad de servir a Dios para huir y esconderse atemorizado bajo la sombra de un solitario arbusto, en lo más profundo del desierto? En este estudio veremos las posibles razones que nos ayudan a explicar el por qué de su comportamiento, al igual que encontraremos el remedio efectivo contra el desánimo.

1 Reyes 18:41 – 46 En el Monte Carmelo, el pueblo de Dios vio y sintió el calor del fuego de Dios, que era una imagen viva del carácter santo de Dios. Nada como esto se había visto desde lo ocurrido en el Monte Sinaí, cuando Israel presenció las llamas y truenos de la presencia de Dios. Antes de cruzar a la Tierra Prometida, Moisés les advirtió una cosa con respecto a Dios: «Porque el SEÑOR vuestro Dios es fuego consumidor, un Dios celoso» (Deuteronomio 4:24). Cuando el fuego de Dios consumió el sacrificio de Elías junto con las piedras del altar, el profeta no tuvo que decirle a pueblo cómo debía responder. Ellos, por instinto, cayeron postrados rostro a tierra delante de Jehová diciendo: «El Señor, Él es Dios». El arrepentimiento de Israel señaló el fin de los tres años de juicio sobre la tierra. Muy pronto, la disciplina de Dios en forma de sequía terminaría, y la lluvia de bendiciones refrescaría a Israel una vez más. Porque volvería muy pronto a llover, tal como el Señor lo había prometido.

1 Reyes 18:41 – 46     En el Monte Carmelo, el pueblo de Dios vio y sintió el calor del fuego de Dios, que era una imagen viva del carácter santo de Dios. Nada como esto se había visto desde lo ocurrido en el Monte Sinaí, cuando Israel presenció las llamas y truenos de la presencia de Dios. Antes de cruzar a la Tierra Prometida, Moisés les advirtió una cosa con respecto a Dios: «Porque el SEÑOR vuestro Dios es fuego consumidor, un Dios celoso» (Deuteronomio 4:24). Cuando el fuego de Dios consumió el sacrificio de Elías junto con las piedras del altar, el profeta no tuvo que decirle a pueblo cómo debía responder. Ellos, por instinto, cayeron postrados rostro a tierra delante de Jehová diciendo: «El Señor, Él es Dios». El arrepentimiento de Israel señaló el fin de los tres años de juicio sobre la tierra. Muy pronto, la disciplina de Dios en forma de sequía terminaría, y la lluvia de bendiciones refrescaría a Israel una vez más. Porque volvería muy pronto a llover, tal como el Señor lo había prometido.

1 Crónicas 4:9-10         Cuando Elías dejó Sarepta, no sabía lo que pasaría. No había ninguna estrategia, ningún plan de contingencia que seguir. No tenía ni idea de a dónde se dirigiría, o lo que diría al llegar a algún lugar. Lo único que tenía que hacer era presentarse ante el rey Acab. Eso era todo. Piense lo que involucra armar un rompecabezas. Uno comienza tomando una pieza tras otra, separando los colores afines y las formas similares. De igual manera que un padre ayuda a su hijo, Dios nos ayuda al no vaciar la caja completa de piezas del rompecabezas sobre la mesa para que lo armemos, sino que nos va dando una pieza a la vez y nos ayuda a entender el sentido que esa pieza tiene en el rompecabezas. Fue hasta que Elías estuvo frente al rey que supo exactamente lo que tenía que hacer.

1 Crónicas 4:9-10         Cuando Elías dejó Sarepta, no sabía lo que pasaría. No había ninguna estrategia, ningún plan de contingencia que seguir. No tenía ni idea de a dónde se dirigiría, o lo que diría al llegar a algún lugar. Lo único que tenía que hacer era presentarse ante el rey Acab. Eso era todo. Piense lo que involucra armar un rompecabezas. Uno comienza tomando una pieza tras otra, separando los colores afines y las formas similares. De igual manera que un padre ayuda a su hijo, Dios nos ayuda al no vaciar la caja completa de piezas del rompecabezas sobre la mesa para que lo armemos, sino que nos va dando una pieza a la vez y nos ayuda a entender el sentido que esa pieza tiene en el rompecabezas. Fue hasta que Elías estuvo frente al rey que supo exactamente lo que tenía que hacer.

1 Reyes 17:17-24 Las Escrituras relatan historias de grandes personajes de fe que impactaron sus tiempos, y que siguen siendo de ejemplo para nuestra y las generaciones venideras. Hebreos 11 es como una lista condensada de hombres y mujeres de fe del Antiguo Testamento. Este invaluable registro, no solo abre nuestros ojos de fe, desafiándonos a andar como anduvieron ellos, sino que también nos da una dramática percepción de la manera de actuar de Dios. A pesar de que la vida de Elías estuvo constantemente caracterizada por actos de fe, Dios decidió no mencionarlo, por lo menos no por nombre. Pero al leer la declaración de que «mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos», estoy convencido de que Dios sí tomó en cuenta la fe de Elías porque uno de esos milagros de resurrección sucedió precisamente por conducto de Elías, aunque sabemos que fue Dios quien lo llevó a cabo.