Visión Para Vivir

“Amor” y “matrimonio” son dos palabras que comúnmente se asocian la una con la otra. Partimos de la idea de que cuando dos personas se casan, lo hacen por el amor que se tienen mutuamente. Pero la palabra “amor” ha perdido su significado para muchos en la sociedad moderna en la que vivimos. Muchos han desconectado el amor con el compromiso y se refieren al amor como simplemente un sentimiento momentáneo o fugaz. Para que el amor y el matrimonio prosperen, la clave es el compromiso. Un escritor lo dijo de esta manera: “El amor debe ser visto como algo que en cierto sentido nunca ‘es’ sino que siempre ‘llega a ser’, y lo que ‘llega a ser’ depende de la contribución de ambas personas y lo fuerte de su compromiso”. El amor en el matrimonio continuará eludiendo a aquellos que no son capaces de ser fieles en su compromiso con su cónyuge. Para que el amor crezca, madure y se profundice se requiere el compromiso. Se debe hacer frente a la crisis en el compromiso matrimonial si se espera ver fluir el amor verdadero a través de la institución ordenada por Dios del matrimonio. 

“Amor” y “matrimonio” son dos palabras que comúnmente se asocian la una con la otra. Partimos de la idea de que cuando dos personas se casan, lo hacen por el amor que se tienen mutuamente. Pero la palabra “amor” ha perdido su significado para muchos en la sociedad moderna en la que vivimos. Muchos han desconectado el amor con el compromiso y se refieren al amor como simplemente un sentimiento momentáneo o fugaz. Para que el amor y el matrimonio prosperen, la clave es el compromiso. Un escritor lo dijo de esta manera: “El amor debe ser visto como algo que en cierto sentido nunca ‘es’ sino que siempre ‘llega a ser’, y lo que ‘llega a ser’ depende de la contribución de ambas personas y lo fuerte de su compromiso”. El amor en el matrimonio continuará eludiendo a aquellos que no son capaces de ser fieles en su compromiso con su cónyuge. Para que el amor crezca, madure y se profundice se requiere el compromiso. Se debe hacer frente a la crisis en el compromiso matrimonial si se espera ver fluir el amor verdadero a través de la institución ordenada por Dios del matrimonio. 

Lucas 19:11-16 Al igual que los grandes cilindros de gas comprimido, las parejas casadas deben manejar el dinero con extremo cuidado. Desafortunadamente, a menudo la situación financiera del matrimonio promedio puede describirse en seis palabras: Malas decisiones. . . deudas enormes. . . préstamos financieros. Un experto financiero escribió lo siguiente: “Nueve de cada diez personas con un ingreso son un fracaso financiero”. No quiere decir que se declaran en bancarrota o tienen mal crédito o no ganan lo suficiente. Lo que él está diciendo es que ellos no logran manejar su dinero sabiamente. La mala administración no solamente pone nuestras finanzas en riesgo, sino también nuestros matrimonios.

Lucas 19:11-16            Al igual que los grandes cilindros de gas comprimido, las parejas casadas deben manejar el dinero con extremo cuidado. Desafortunadamente, a menudo la situación financiera del matrimonio promedio puede describirse en seis palabras: Malas decisiones. . . deudas enormes. . . préstamos financieros. Un experto financiero escribió lo siguiente: “Nueve de cada diez personas con un ingreso son un fracaso financiero”. No quiere decir que se declaran en bancarrota o tienen mal crédito o no ganan lo suficiente. Lo que él está diciendo es que ellos no logran manejar su dinero sabiamente. La mala administración no solamente pone nuestras finanzas en riesgo, sino también nuestros matrimonios.

Lucas 19:11-16 Al igual que los grandes cilindros de gas comprimido, las parejas casadas deben manejar el dinero con extremo cuidado. Desafortunadamente, a menudo la situación financiera del matrimonio promedio puede describirse en seis palabras: Malas decisiones. . . deudas enormes. . . préstamos financieros. Un experto financiero escribió lo siguiente: “Nueve de cada diez personas con un ingreso son un fracaso financiero”. No quiere decir que se declaran en bancarrota o tienen mal crédito o no ganan lo suficiente. Lo que él está diciendo es que ellos no logran manejar su dinero sabiamente. La mala administración no solamente pone nuestras finanzas en riesgo, sino también nuestros matrimonios.

Lucas 19:11-16 Al igual que los grandes cilindros de gas comprimido, las parejas casadas deben manejar el dinero con extremo cuidado. Desafortunadamente, a menudo la situación financiera del matrimonio promedio puede describirse en seis palabras: Malas decisiones. . . deudas enormes. . . préstamos financieros. Un experto financiero escribió lo siguiente: “Nueve de cada diez personas con un ingreso son un fracaso financiero”. No quiere decir que se declaran en bancarrota o tienen mal crédito o no ganan lo suficiente. Lo que él está diciendo es que ellos no logran manejar su dinero sabiamente. La mala administración no solamente pone nuestras finanzas en riesgo, sino también nuestros matrimonios.

Efeseios 4:25-42 “Los primeros nueve años de nuestro matrimonio fueron un constante combate mano a mano”, comentó un esposo. Si se pusiera de manifiesto la verdad, no solamente algunos sino la mayoría de los matrimonios revelarían periódicas escaramuzas y ocasionales guerras declaradas. Con frecuencia, la guerra del matrimonio se libera en las trincheras de la beligerancia y del mal carácter. Algunas batallas son “ataques nocturnos” o asaltos sorpresivos. En otros casos, se trata de una guerra fría de estoico silencio. También se emplean crueles métodos de tortura, como la crítica pública, amenazas atemorizadoras, intimidación, sarcasmos desagradables y comentarios odiosos destinados a humillar o acabar con el cónyuge. Estas tácticas son populares, pero son malas porque son injustas y jamás conducen a la paz doméstica. Quizás sea imposible erradicar completamente las peleas, pero en el estudio de hoy, nos proponemos aprender por qué pelean las parejas y, luego, qué reglas permiten mantener las peleas limpias, sanas y beneficiosas.

Efesios 4:25-42 “Los primeros nueve años de nuestro matrimonio fueron un constante combate mano a mano”, comentó un esposo. Si se pusiera de manifiesto la verdad, no solamente algunos sino la mayoría de los matrimonios revelarían periódicas escaramuzas y ocasionales guerras declaradas. Con frecuencia, la guerra del matrimonio se libera en las trincheras de la beligerancia y del mal carácter. Algunas batallas son “ataques nocturnos” o asaltos sorpresivos. En otros casos, se trata de una guerra fría de estoico silencio. También se emplean crueles métodos de tortura, como la crítica pública, amenazas atemorizadoras, intimidación, sarcasmos desagradables y comentarios odiosos destinados a humillar o acabar con el cónyuge. Estas tácticas son populares, pero son malas porque son injustas y jamás conducen a la paz doméstica. Quizás sea imposible erradicar completamente las peleas, pero en el estudio de hoy, nos proponemos aprender por qué pelean las parejas y, luego, qué reglas permiten mantener las peleas limpias, sanas y beneficiosas.

Cantos 2:14-15; Efesios 5:13-21 Es un hecho comprobado que las termitas destruyen más estructuras cada año que el mismo fuego. Por increíble que parezca, esos pequeños, silenciosos y desapercibidos insectos crean más estragos que las brutales y destructivas llamas de un voraz incendio. Sin embargo, siempre es el fuego, y no las termitas, lo que acapara la atención de los titulares en los noticieros. Esto también sucede en un matrimonio. La mayoría de los hogares no se destruyen debido a los enormes fuegos de las diferencias, sino debido a los quietos, imperceptibles e irritantes insectos que se comen la fidelidad, o la confianza en la relación matrimonial año tras año. Este estudio expone cinco de las especies más comunes de termitas en las relaciones que debilitan y arruinan las paredes interiores de un hogar.

Cantos 2:14-15; Efesios 5:13-21 Es un hecho comprobado que las termitas destruyen más estructuras cada año que el mismo fuego. Por increíble que parezca, esos pequeños, silenciosos y desapercibidos insectos crean más estragos que las brutales y destructivas llamas de un voraz incendio. Sin embargo, siempre es el fuego, y no las termitas, lo que acapara la atención de los titulares en los noticieros. Esto también sucede en un matrimonio. La mayoría de los hogares no se destruyen debido a los enormes fuegos de las diferencias, sino debido a los quietos, imperceptibles e irritantes insectos que se comen la fidelidad, o la confianza en la relación matrimonial año tras año. Este estudio expone cinco de las especies más comunes de termitas en las relaciones que debilitan y arruinan las paredes interiores de un hogar.