Motores del cuerpo

Job 10:10-11
“¿No me vertiste como leche, y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, me tejiste con huesos y nervios...”

La transmisión automática de un vehículo cambia de engranajes en respuesta a las demandas de poder cambiantes y condiciones cuando se conduce. Así mismo, los músculos en su cuerpo cambian de engranajes en un sentido, en respuesta a sus necesidades cambiantes para ellos.

Cuando usted utiliza un grupo de músculos, los músculos empiezan a necesitar más combustible y más oxigeno, ambos proporcionados por su sangre. Cuando usted utiliza un grupo de músculos, de hecho muchos vasos sanguíneos nuevos crecen en el tejido para satisfacer la mayor demanda. Esta es una forma en la que el ejercicio baja la presión arterial – al incrementar la “tubería” por la cual pasa. Si a menudo abusa un grupo muscular, tejidos conectivos crecerán a través de los músculos, fortaleciéndolos.

La “transmisión automática” en sus músculos se pone en acción cuando usted utiliza el mismo grupo de músculos para una labor constante como remar un bote. En poco tiempo, el combustible normal libremente disponible en su sangre se consume. En ese punto su cuerpo moviliza grasa acumulada, que permite que los músculos continúen sin agotarse. Músculos que a menudo son utilizados hasta este punto en realidad se hacen más eficientes en quemar reservas de grasa. En ejercicios aún más extenuantes, un tercer “engranaje” entra en acción, cambiando la forma en la cual los músculos queman combustible, así que hay menos desperdicio del cual el sistema circulatorio deba encargarse.

Al aprender más los científicos acerca del diseño de nuestros cuerpos increíblemente complejos e inteligentes, encontramos aún más razones por las que dar testimonio de nuestro maravilloso y sabio Creador.

Oración: Amado Señor, Te agradezco que Tú tan cuidadosa y amorosamente diseñaste y construiste mi cuerpo. Ayúdame a cuidarlo bien y glorificarte a Ti con el. Amén.

Notas: Bodanis, David. 1985. “What to look for in home fitness machines.” Science Digest, Apr. p. 42.

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