Hasta hoy, los Diáconos son convocados para el trabajo en la Iglesia. Después de un tiempo de prueba, si son irreprensibles; son nombrados para ejercer el Diaconado. Deben ser sinceros, honestos y prudentes con el vino. La embriaguez trajo muchos problemas a Lot y a Noé; como se registra en la Biblia. Además, el Diácono tiene que guardar siempre la Palabra de Dios: con sinceridad.