Un silencio inusual

(Herodes)... “lo acosó con muchas preguntas, pero Jesús no le contestaba nada.”Lucas 23:9

La policía está acostumbrada a que las personas den excusas por los crímenes que cometen, pero pocos han escuchado una excusa tan absurda como la que dio Roberto Mejía. Unas horas antes que su novia, que estaba en coma, muriera, Roberto se casó con ella, utilizando una licencia falsa. Así pudo ir de compras con las tarjetas de crédito que ella tenía a su nombre.

Cuando se le preguntó de dónde había sacado esa idea, Mejía se defendió diciendo que el perro de su novia le había dicho que lo hiciera. Los investigadores encontraron un perro en la casa de la mujer, pero en el informe dijeron que el perro “no había dicho nada”.

Se habrá dado cuenta que, cuando Jesús está siendo juzgado, se comporta de una manera totalmente inusual: no da ninguna explicación, porque no ha hecho nada malo. Ningún otro ser humano ha sido ni será capaz de decir esto. Es por eso que, en vez de llenarnos de explicaciones, los cristianos podemos decir: “Señor Jesús, lávame de mis pecados”.

En arrepentimiento venimos a la presencia del Señor Jesús, quien rompe el silencio de su juicio, y dice con una voz suave: “Tus pecados son perdonados”.

ORACIÓN: Señor Jesús, te doy gracias por la vida perfecta que viviste para ganar mi salvación. Amén.

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