Perdón sin medida

... éste, en cambio, no ha hecho nada malo. Lucas 23:4b

¿Alguna vez lo pusieron con un grupo de personas no deseables a las que no consideraba como sus iguales? ¿Recuerda la injusticia de ese acto? Usted sabía que era malo, pero también sabía que no era tan malo como el resto del grupo.

Piense por un momento cómo se habrá sentido Jesús cuando, en su camino al lugar donde sería brutalmente crucificado, iba acompañado por dos malhechores comunes quienes, con justa razón, iban a ser crucificados. Jesús no merecía la muerte - ni la muerte en la cruz, ni ninguna otra.

Es difícil siquiera imaginar lo injusto que esa escena debe haber sido para Jesús. "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación" (Colosenses 1:15b).

Por la gracia de Dios, uno de los criminales entendió; él comprendió qué era lo que estaba ocurriendo en ese preciso momento. El otro no sólo no entendió, sino que además trató de agregar a la amargura del momento para Jesús. El malhechor lo amonestó diciend "...sufrimos lo que merecen nuestros delitos; éste, en cambio, no ha hecho nada malo" (Lucas 23:41b).

Él 'no ha hecho nada malo', dicen las Escrituras, pero aún así: "Sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados" (Isaías 53:5b).

¡Hemos sido sanados!

Nosotros somos como esos dos que merecen morir. Pero gracias a su sangre derramada, ¡hemos sido sanados!

ORACIÓN: Padre santo, en la sangre de tu Hijo hay vida para todo aquel que cree. Tú puedes cambiar vidas a través de la fe y otorgar vida eterna. Nuestros pecados son grandes, pero tu gracia es aún mayor. Por tu Espíritu Santo mantennos cerca de ti. En el nombre de Cristo, oramos. Amén.

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