Visión Para Vivir

Apocalipsis 14:14-20 En los últimos siete versículos de Apocalipsis 14, Juan nos describe el juicio final de Dios utilizando un lenguaje vívido que un antiguo cultivador de granos y uvas podría apreciar. Al leer cómo el Hijo del Hombre utiliza su voz afilada, se nos recuerda que la justicia de Dios nos hace a todos responsables de nuestras elecciones y debemos aceptar o rechazar Su verdad.

Apocalipsis 14:14-20 En los últimos siete versículos de Apocalipsis 14, Juan nos describe el juicio final de Dios utilizando un lenguaje vívido que un antiguo cultivador de granos y uvas podría apreciar. Al leer cómo el Hijo del Hombre utiliza su voz afilada, se nos recuerda que la justicia de Dios nos hace a todos responsables de nuestras elecciones y debemos aceptar o rechazar Su verdad.

Apocalipsis 14:14-20 En los últimos siete versículos de Apocalipsis 14, Juan nos describe el juicio final de Dios utilizando un lenguaje vívido que un antiguo cultivador de granos y uvas podría apreciar. Al leer cómo el Hijo del Hombre utiliza su voz afilada, se nos recuerda que la justicia de Dios nos hace a todos responsables de nuestras elecciones y debemos aceptar o rechazar Su verdad.

Si hubiéramos estado allí cuando nació Jesús, probablemente no habríamos creído que ese pequeño bebé que llora, acostado en una canaleta para alimentar animales, era en realidad el Señor de señores. Si lo hubiéramos visto a Él como un pequeño niño, jugando en la carpintería de su padre José, seguro no habríamos dicho: “Sí, no cabe duda; Él es el Rey supremo y todopoderoso”. Si lo hubiéramos encontrado de camino al Río Jordán para ser bautizado, dudo que cualquiera de nosotros habría pensado que ese ordinario hijo de María tenía, en realidad, una posición imperial como un miembro de la Trinidad. ¿Quién se hubiera imaginado que dentro de esa humilde envoltura de carne humana, habitara el eterno, soberano y divino gobernante del universo? Pero así fue, Jesucristo es la revelación de Dios en forma humana. Él fue y sigue siendo el REY VENCEDOR.

Si hubiéramos estado allí cuando nació Jesús, probablemente no habríamos creído que ese pequeño bebé que llora, acostado en una canaleta para alimentar animales, era en realidad el Señor de señores. Si lo hubiéramos visto a Él como un pequeño niño, jugando en la carpintería de su padre José, seguro no habríamos dicho: “Sí, no cabe duda; Él es el Rey supremo y todopoderoso”. Si lo hubiéramos encontrado de camino al Río Jordán para ser bautizado, dudo que cualquiera de nosotros habría pensado que ese ordinario hijo de María tenía, en realidad, una posición imperial como un miembro de la Trinidad. ¿Quién se hubiera imaginado que dentro de esa humilde envoltura de carne humana, habitara el eterno, soberano y divino gobernante del universo? Pero así fue, Jesucristo es la revelación de Dios en forma humana. Él fue y sigue siendo el REY VENCEDOR.

Marcos 10:46-11:11 Cualquiera que haga un estudio serio sobre la vida de Jesús, encontrará que Su vida fue absolutamente extraordinaria. Las cosas que dijo fueron simplemente increíbles. Las cosas que hizo fueron únicas. Las declaraciones que dio a manera de profecía fueron precisas y confiables. Las vidas que Él tocó, no solo las cambió, sino que las transformó. Los milagros que realizó fueron asombrosos. Tan solo el breve repaso de Sus nombres como aparecen en las Escrituras son lo suficiente para hacer que nos demos cuenta de que estamos ante una Deidad: “Creador, Salvador, Maestro, Señor, Vida, Luz, Buen Pastor, Redentor, Roca de la Salvación, Cordero de Dios, Hijo de Dios, Gloria de Dios, Alfa y Omega, Perdonador de pecados, el Gran Yo soy.” ¡Qué gran variedad de títulos!   Al estudiar el evangelio de Marcos, nos damos cuenta de cuán notable es realmente Su vida. De hecho, me gustaría utilizar la palabra “fascinante”, pues describe realmente quien es Jesús. Aparte de quien es Él, algo sobresaliente de Su persona, quizás más que cualquier otra cosa, es lo siguiente...

Marcos 10:46-11:11 Cualquiera que haga un estudio serio sobre la vida de Jesús, encontrará que Su vida fue absolutamente extraordinaria. Las cosas que dijo fueron simplemente increíbles. Las cosas que hizo fueron únicas. Las declaraciones que dio a manera de profecía fueron precisas y confiables. Las vidas que Él tocó, no solo las cambió, sino que las transformó. Los milagros que realizó fueron asombrosos. Tan solo el breve repaso de Sus nombres como aparecen en las Escrituras son lo suficiente para hacer que nos demos cuenta de que estamos ante una Deidad: “Creador, Salvador, Maestro, Señor, Vida, Luz, Buen Pastor, Redentor, Roca de la Salvación, Cordero de Dios, Hijo de Dios, Gloria de Dios, Alfa y Omega, Perdonador de pecados, el Gran Yo soy.” ¡Qué gran variedad de títulos!   Al estudiar el evangelio de Marcos, nos damos cuenta de cuán notable es realmente Su vida. De hecho, me gustaría utilizar la palabra “fascinante”, pues describe realmente quien es Jesús. Aparte de quien es Él, algo sobresaliente de Su persona, quizás más que cualquier otra cosa, es lo siguiente...

Marcos 10:46-11:11 Cualquiera que haga un estudio serio sobre la vida de Jesús, encontrará que Su vida fue absolutamente extraordinaria. Las cosas que dijo fueron simplemente increíbles. Las cosas que hizo fueron únicas. Las declaraciones que dio a manera de profecía fueron precisas y confiables. Las vidas que Él tocó, no solo las cambió, sino que las transformó. Los milagros que realizó fueron asombrosos. Tan solo el breve repaso de Sus nombres como aparecen en las Escrituras son lo suficiente para hacer que nos demos cuenta de que estamos ante una Deidad: “Creador, Salvador, Maestro, Señor, Vida, Luz, Buen Pastor, Redentor, Roca de la Salvación, Cordero de Dios, Hijo de Dios, Gloria de Dios, Alfa y Omega, Perdonador de pecados, el Gran Yo soy.” ¡Qué gran variedad de títulos!   Al estudiar el evangelio de Marcos, nos damos cuenta de cuán notable es realmente Su vida. De hecho, me gustaría utilizar la palabra “fascinante”, pues describe realmente quien es Jesús. Aparte de quien es Él, algo sobresaliente de Su persona, quizás más que cualquier otra cosa, es lo siguiente...

Isaías 52:13-53:12 La Biblia no ofrece mucha información sobre la descripción física de Jesús. Sin embargo, el Antiguo Testamento, particularmente el libro de Isaías, nos muestra un impresionante retrato de la sombra de la cruz. Y aunque este libro fue escrito siete siglos antes de que Jesús naciera, Isaías vívidamente plasma en tinta y papel el sufrimiento y la muerte del Salvador. Conozcamos más de este Siervo sufriente desde tres perspectivas distintas: cómo se veía Cristo para los hombres; cómo se veía Cristo para Dios-Padre; y cómo se veía Cristo a sí mismo. La imagen que tengamos de Cristo, dependerá de la perspectiva en qué se le mire.

Isaías 52:13-53:12 La Biblia no ofrece mucha información sobre la descripción física de Jesús. Sin embargo, el Antiguo Testamento, particularmente el libro de Isaías, nos muestra un impresionante retrato de la sombra de la cruz. Y aunque este libro fue escrito siete siglos antes de que Jesús naciera, Isaías vívidamente plasma en tinta y papel el sufrimiento y la muerte del Salvador. Conozcamos más de este Siervo sufriente desde tres perspectivas distintas: cómo se veía Cristo para los hombres; cómo se veía Cristo para Dios-Padre; y cómo se veía Cristo a sí mismo. La imagen que tengamos de Cristo, dependerá de la perspectiva en qué se le mire.