Desterrando el pecado
"Preparen en el desierto un camino para el SEÑOR; enderecen en la estepa un sendero para nuestro Dios." Isaías 40:1-5
La primavera pasada corté un árbol de mi jardín que se estaba muriendo. Eso fue fácil. Pero después traté de cortar la raíz. Eso no fue tan fácil.
Corté y serré durante una hora, pero ni se movía, así es que busqué a mi hijo para que me ayudara. Cortamos todas las raíces que se podían ver cerca de la superficie, pero ni aún así logramos moverlo. Finalmente, tuvimos que cavar todo alrededor y por debajo, hasta encontrar y cortar cada una de las raíces que la sujetaban a la tierra.
Imaginen cuánto trabajo es construir un camino donde muchos árboles con raíces fuertes y entrelazadas tienen que ser quitados. Eso es lo que tenemos que hacer para preparar un "camino" para nuestro Dios. La palabra "radical" significa llegar hasta la raíz. Por lo tanto, para prepararnos para la venida de nuestro Señor durante este Adviento Radical, necesitamos cavar hasta el centro de nuestra naturaleza pecadora, y "desterrarla".
Lamentablemente, por nosotros mismos no podemos hacerlo. No podemos deshacernos de nuestro pecado, así como un árbol muerto no puede remover sus propias raíces. Pero nuestro Señor sí puede. "Consuela a mi pueblo", dice, llévales buenas noticias. "El SEÑOR soberano viene con poder... Él cuida de su rebaño como un pastor."
Fue el Espíritu Santo, a través de Juan el Bautista, quien cumplió esta profecía y preparó el camino para el ministerio de Jesús, llamando a las personas a que confesaran sus pecados para ser perdonadas. Y es ese mismo Espíritu Santo quien está actuando hoy en usted para allanar el camino para Jesús.
ORACIÓN: Querido Jesús, Pastor y Rey, prepara un camino en mi corazón. Remueve las raíces de mi pecado, mi deseo de servirme a mí mismo, y planta en mí un corazón nuevo. Amén.
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