Sólo los hechos

Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Romanos 12:3

De acuerdo a un estudio recientemente dado a conocer en Alemania, a las personas mayores no les gusta leer historias acerca de personas mayores. Sí les gusta leer historias acerca de personas jóvenes, y en especial historias NEGATIVAS.

Por otro lado, ese mismo estudio descubrió que a los jóvenes tampoco les interesa leer historias sobre personas mayores, y sí les interesa leer historias sobre personas jóvenes, siempre y cuando sean historias POSITIVAS.

Quienes implementaron este estudio dedujeron que a las personas mayores les gustan las historias negativas de los jóvenes, porque les levanta su auto-estima.

Se me ocurre que ésa es una manera de interpretar la información que han compilado.

Pero quizás haya otra explicación. Yo creo que las personas mayores ya han visto todas las cosas malas de la vida: los desengaños, las penas, los dolores, los sufrimientos. Y saben que, tarde o temprano, a los jóvenes también les va a tocar vivirlos.

Por lo tanto, leen esas historias porque quieren saber cómo les está yendo a los jóvenes.

Sé que mi interpretación de los hechos es muy diferente, pero tengo mis razones para llegar a tal conclusión.

He visto la agonía de los abuelos al ver a un nieto adolescente que comienza a apartarse del camino correcto. He escuchado sus plegarias por los nietos que no han sabido elegir buenos amigos. He visto el tremendo amor que los abuelos tienen por sus nietos, y cuánto son capaces de dar y sacrificar por su bienestar.

Al verlos a ellos no puedo menos que pensar en el amor que Jesús tiene por nosotros. Al ver nuestro pecado, Jesús aceptó venir al mundo para hacerse cargo de las consecuencias de nuestras transgresiones, ofreciéndose como nuestro sustituto. Él hizo todo lo necesario para cambiar nuestro destino.

Y eso, mis amigos, es la mayor bendición de todas.

ORACIÓN: Señor Jesús, te alabamos por habernos rescatado del castigo por nuestros pecados. Ayúdanos para que seamos fieles testigos tuyos a todos los que nos rodean. En tu nombre. Amén.

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