Uno de los principales énfasis del Evangelio de Mateo es “el reino de los cielos”. Jesús vino a este mundo como el Rey de un reino eterno y espiritual, abierto a todo el que crea en Él y lo haga Señor de su vida. Cuando oramos, oramos para que su reino venga. Toda nuestra vida debe estar centrada en esta meta: ver el reino espiritual de Dios establecido en nuestra vida y en el mundo por el poder del Espíritu Santo.
