En Mateo 7 Jesús enseña a sus discípulos a no juzgar a los demás, a pedir, buscar y golpear a las puertas de la bondad de Dios, y a trata a las demás personas según cómo ellos mismos quieren ser tratados. Jesús concluye el Sermón del Monte comparando dos clases de discípulos: los sabios y los necios. Los sabios obedecen Su enseñanza y son como construir una casa sobre una roca sólida. Los que no obedecen son como un necio, que construye su casa sobre la arena.