Si le dieran la oportunidad, como padre, ¿preferiría usted que sus hijos fueran exitosos o verdaderamente grandes? La verdadera grandeza es un corazón apasionado por Jesucristo que se evidencia en un inagotable amor y preocupación por otros. Mientras criamos a nuestros hijos, es importante saber cuáles son las cosas principales y asegurarnos de poner lo primero en el primer lugar.