Hageo predicó al primer grupo de exiliados que volvió a Jerusalén. Debido a la hostilidad, el pueblo de Judá dejó de reconstruir el templo y se dedicó a construir sus propias casas. “Meditad bien en vuestros caminos”, predicó Hageo. Él clamó al pueblo de Dios, pidiéndole que recordara sus prioridades, que recuperara la perspectiva correcta, que estuviera motivado para continuar y que dejara de temer. Sus palabras nos recuerdan nuestra necesidad de no perder el enfoque en la misión de Dios y Su voluntad para nuestras vidas.