La primera carta pastoral de Pablo a los corintios fue escrita a una iglesia que conocía muy bien, para corregir problemas e instruir y corregir a creyentes en su fe, y en la nuestra. En los primeros once capítulos, Pablo aborda los problemas específicos dentro de la iglesia que inhiben el crecimiento espiritual y el testimonio, tanto en forma individual como en la iglesia. Los últimos cuatro capítulos son la sección constructiva, que ofrece soluciones a los problemas de la iglesia y a nuestras iglesias hoy.