¿Qué podemos hacer para mostrar nuestra preocupación por los millones de niños que crecen en todo el mundo sin una mamá o un papá? La adopción es la respuesta cristiana a las consecuencias del pecado y la depravación. La Biblia no nos manda a nosotros, como creyentes, a adoptar, pero sí nos manda a visitar y a cuidar a los huérfanos en su aflicción, y para algunos de nosotros eso significa tomar la decisión de adoptar.