En 2 Pedro aprendemos que la gracia y la paz nos pueden ser multiplicadas a través del conocimiento de Dios y de Jesucristo nuestro Señor. Podemos entrar en la dimensión celestial y al conocimiento de Dios, y Él nos otorga todo lo que necesitamos para la vida y la piedad. Pedro explica cómo, cuando acudimos a la Luz del Mundo y aplicamos su Palabra a nuestra vida, el lucero de la mañana sale en nuestro corazón y Cristo nace en nosotros.