En 2 Samuel 9 vemos un interludio de paz y quietud en la vida de David, en el cual invirtió tiempo pensando en su pasado y en todas las bendiciones que había recibido. Seguramente pensaba en el amor que sintió por su amigo Jonatán, muerto en batalla, y en el rey Saúl. Mientras pensaba en estos dos hombres y el impacto que habían hecho en su vida, David recordó una promesa que había hecho a ambos y resolvió cumplirla sin importar las circunstancias. En este mensaje veremos cómo David cumplió su promesa, creando una magnifica analogía de lo que Dios, en Su gracia, ha hecho por nosotros. Esta es una ilustración más grande de la gracia en todo el Antiguo Testamento.
Toda persona ansía ver a su alrededor un liderazgo convincente. Alguno con el carácter de Nehemías. Este ilustre personaje no solo se destacó como gran líder en el área de los negocios y la política del Antiguo Medio Oriente, también fue un constructor que se caracterizó por un estilo de vida humilde y cordial. Dios quiere formar en su vida las mismas cualidades de Nehemías.