La segunda carta de Pablo a los corintios tiene que ver con el ministerio que Dios quiere que cada creyente practique, el ministerio de reconciliar a las personas con Él. Pero nuestras vidas deben estar caracterizadas por Cristo, que nos ha salvado y vive en nosotros. Pablo describe nuestra relación de tres formas: por Cristo, en Cristo y para Cristo. Cuando respondemos a las presiones, las tormentas y las pruebas, la gente verá que somos diferentes, que estamos llenos de un tesoro invaluable, Jesús mismo.