La epístola de Santiago, que es intensamente práctica, ha sido denominada por algunos “los proverbios del Nuevo Testamento”. Es como un comentario continuo de las enseñanzas de Jesucristo, especialmente el Sermón del Monte. Santiago nos habla de las fuentes y las secuencias de la salvación. Trata el sufrimiento y nos dice que “tengamos por sumo gozo” cuando experimentemos estas tentaciones. Debemos acoger las pruebas como amigas, porque pueden producir un carácter maduro y espiritual.