Pablo da instrucciones sobre temas difíciles en la iglesia y sobre cómo aplicar los principios de la libertad cristiana a esos temas: comer alimentos sacrificados a los ídolos, cómo guardar la Cena del Señor y cómo los más fuertes deben tener en consideración a los más débiles en la fe. El tema no es lo que está bien y lo que está mal, sino qué es lo que glorifica a Dios, qué conduce a la salvación de los demás y qué beneficia a los demás. Pablo dirá más adelante que estos principios deben expresarse en amor.